El sufrimiento viene de la ignorancia de no saber lo realmente somos. Nos pensamos que somos ese ser pensante, deseante, insatisfecho que se identifica con sus logros y sus fracasos. Siendo así, ¿cómo no vamos a desear el éxito constante? Nuestra valia personal va más allá de nuestras acciones, somos algo más profundo. No importa lo que hagas en tu vida, lo que importa es desde donde lo haces.