El Mindful Eating, o alimentación consciente, va más allá de simplemente comer. Es un estado de consciencia plena, una apertura a cada experiencia sensorial y emocional que rodea nuestro acto de comer. En este viaje hacia el bienestar, te invitamos a explorar este arte transformador. Acompáñanos en esta travesía hacia una relación más saludable y consciente con la comida.
El Mindful Eating implica una atención plena a cada bocado, una conexión profunda con los sabores, olores y texturas que componen nuestra comida.Pero no es solo eso, es tambien un acto de aceptación y apertura hacia nuestra experiencia alimentaria, transformando la manera en que nos relacionamos con los alimentos. Así los aspectos psicológicos, fisiológicos y conductuales que rodean a la experiencia alimentaria son tan importantes como los sensoriales.
El Mindful Eating no se trata de comer en piloto automático o para suprimir emociones. No tiene nada que ver con comer por rutina o simplemente porque es la hora o terminarse todo el plato. Así que necesitamos con urgencia incorporar la consciencia en el acto de comer ya que sabemos que uno de los pilares de la salud es la alimentación.
Ademças siempre decimos que no tenemos tiempo a hacer ejercicios de meditación y relajación. Sin embargo podemos aprovechar muchas acciones de la vida cotidiana para practicar la atención plena. Una de ellas es la comida.
En el viaje hacia una relación más consciente con la comida, el Mindful Eating nos ofrece herramientas poderosas para explorar y transformar nuestra conexión con los alimentos. Aquí te presentamos las áreas clave que exploramos en esta práctica transformadora:
1. Identificar Patrones: El Mindful Eating nos invita a reconocer y comprender nuestros patrones alimenticios, incluyendo las recompensas y castigos que a menudo se asocian con la comida. Al ser conscientes de estos patrones, podemos comenzar a abordarlos con comprensión y empatía.
2. Emociones y Elecciones: Afrontar las emociones que nos impulsan a comer es esencial. Si bien no siempre podemos evitar sentirnos mal, podemos elegir cómo responder. El Mindful Eating nos enseña a ver la comida como una elección consciente, ofreciendo alternativas saludables para calmar la ansiedad y las emociones desafiantes.
3. Atención Plena a los Sentidos: Comer conscientemente implica desacelerar y sumergirnos en la experiencia sensorial de la comida. Prestamos atención a los sabores, olores y texturas a través de nuestros cinco sentidos, permitiéndonos apreciar cada bocado de manera más profunda y significativa.
4. Hambre Fisiológico vs. Emocional: Antes de comer, nos sintonizamos con nuestro cuerpo. Utilizando una escala del 1 al 10, evaluamos nuestro hambre fisiológico (¿comeríamos una lechuga sin aliñar?) y nuestro hambre emocional (¿nos comeríamos algo que nos encanta?). Diferenciar entre estas formas de hambre nos ayuda a comprender mejor nuestras necesidades reales.
5. Atender a las Sensaciones de Hambre y Saciedad: El Mindful Eating nos recuerda que no es lo mismo sentir que nuestro estómago está lleno que estar verdaderamente nutrido. Podemos llenarnos de cualquier cosa, incluso de agua o papel, sin habernos alimentado adecuadamente. Aprender a reconocer las señales de saciedad real nos ayuda a detenernos cuando nuestro cuerpo ha tenido suficiente.
6. Compasión y Valores Personales: La práctica del Mindful Eating nos guía hacia la compasión hacia nosotros mismos. Al mismo tiempo, nos conecta con nuestros valores personales, recordándonos que nuestra salud es un valor fundamental que merece nuestra atención y esfuerzo.
En la práctica del Mindful Eating, hacerse preguntas reflexivas es esencial. Dedica un momento para cuestionarte: ¿estás siguiendo reglas, recompensas o castigos en tu comida? ¿Comes con atención plena o es solo un trámite? ¿Estás respondiendo a tu hambre física o emocional? ¿Terminas el plato automáticamente o te detienes cuando estás satisfecho? ¿Las emociones condicionan tus elecciones alimenticias y sus cantidades? Evalúa tus patrones alimenticios para determinar si te están beneficiando o si deseas hacer cambios significativos.
Además, sintoniza tu cuerpo. Mide tu nivel de hambre física y emocional del 1 al 10. ¿Te comerías algo que no te apasiona? Si la respuesta es no, puede que tengas poca hambre. ¿Te comerías algo que te gusta mucho? Si tu respuesta es sí y la anterior pregunta ha sido un no podría ser un indicador de hambre emocional. Conéctate contigo mismo y descubre un enfoque más consciente hacia tu relación con la comida.
El Mindful Eating va más allá de simplemente comer conscientemente; es una profundo trabajo de autodescubrimiento y sanación emocional. Al adoptar este enfoque, no solo gestionamos nuestros hábitos alimenticios, sino que también abordamos nuestras emociones y pensamientos arraigados. Este proceso nos invita a explorar las heridas emocionales que pueden haber estado impulsando nuestros hábitos poco saludables.
